Invenciones y nuevos productos siempre han sido una parte esencial de la actividad empresarial. Pero drásticos cambios en las últimas décadas han conducido al hecho que un crecimiento del negocio a largo plazo es casi imposible sin una capacidad permanente de innovación en casi todas las industrias. Esta presión se debe principalmente e las siguientes evoluciones de las últimas décadas:
- Avances rápidos en las tecnologías
- Ciclos de vida de productos acortados
- Tiempos más cortos en I + D para producir o crear productos maduros
- Globalización y por ende también competencia global
- Mercados saturados que generan deseos inusuales o desconocidos
- La vida media de los conocimientos se acorta, especialmente en los ámbitos tecnológicos
- El efecto cobra es cada vez más frecuente en muchos sectores
- Desperdicio de recursos básicos para la humanidad (déficit de agua, recursos energéticos y distribución alimentaria global,…)
- Contaminación y degradación medioambiental
- Calentamiento global
- Situación de los derechos humanos
Ideas innovadoras solo pueden ser satisfechos por organizaciones innovadoras. Esto implica disponer de la capacidad de poder responder adecuadamente a las necesidades de los consumidores, de los ciudadanos y ante la competencia para poder anticiparse a cambios esenciales. El potential innovador no solo depende de los factores y condiciones ¨duros¨ de una compañía como tecnología y estructura, sino también de los factores y condiciones ¨blandos¨ como la cultura innovadora y ahí especialmente de la comunicación y el comportamiento del grupo que desarrolla y gestiona.