Lo real: Hasta hoy no existe una descripción concreta y general de lo que es la realidad. Se denomina algo como real que no sea una ilusión y no dependa de los deseos o creencias de una sola persona aunque una mayoridad pueda equivocarse. De la teoría del conocimiento y de la epistemología aplicada se concluye que para el humano solo existe lo que es visible para él. Así el filósofo John Hick describe una realidad como aprendido o conocido (experience-as).
Lo ficticio: Ficción es una técnica cultural para crear un mundo ficticio. Esta técnica se utiliza en gran parte del arte como literatura, cinematografía, pintura y comunicación mediática. Ficción se explica con falta de verdad y consistencia con la realidad.
En este sentido la mayoridad de la comunicación publicitaria vía medios es más o menos ficción. Esto también comprende documentaciones, que pueden ser más o menos informativas o sugestivas. Escenarios comprobables a cambio tienen un carácter más reales.
Realidad y ficción en los medios: los límites desdibujados.
Ficción siempre es algo ideado que nace en la imaginación de alguien. Películas de fantasía o spots publicitarios son historias ficticias. Noticias informan sobre la realidad. Spots publicitarios informan sobre productos. Ficción puede ser representada de forma muy realista como por ejemplo en películas. Una historia adquiere aspecto real. Escenarios, maquillaje, iluminación ayudan a crear una realidad artificial en la que desaparecen los problemas diarios como obesidad, falta de dinero, etc. La realidad habitualmente no es muy excitante. Una historia ficticia a cambio si. Y poco a poco las fronteras entre realidad y ficción se desdibujan.
Desde que hace unos pocos años recientemente en los ámbitos de la neurosciencia se han descubierto los llamados neuronas espejo sabemos que los humanos tenemos capacidad empatica. Sin embargo nuestro cerebro no distingue entre cosas reales o cosas que contemplamos en televisión o teatro. La manera de procesar la información es en los dos escenario la misma de manera y el cerebro la guarda con la misma cualidad. La capacidad a nivel de discernir cerebralmente entre un hecho vivenciado y una narración ficticia en una película es nula en el momento que transcurre la acción debido a procesos inconscientes y procesos biológicamente programados.
Otra transición fronteriza es el hueco entre idea y realización como lo ilustra el problema de la gallina y el huevo. ¿Qué existía en un primer lugar? En 1983 se estrenó la película de James Bond «Never Say Never Again» (Nunca digas nunca jamás). El guión presentó una máquina que era capaz de determinar la identidad de una persona basándose en sus ojos, identificando el patrón de su iris. La tecnología en ese momento era pura ficción – pero representó un impulso para investigadores e ingenieros. En 1996, el Centro de Investigación David Sarnoff en EEUU firmó un acuerdo con OKI (Japón) para incorporar esta tecnología de reconocimiento del iris en el sistema de seguridad estatal de Japón.
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